Mejorar la sostenibilidad de la producción con sistemas de gestión de la energía

1. La importancia de la sostenibilidad de la producción

En el mundo actual, en el que las preocupaciones medioambientales y los retos económicos se entremezclan, no se puede exagerar la importancia de los modelos y prácticas de producción sostenibles. El concepto de sostenibilidad en la producción ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad. A medida que nos enfrentamos a las crecientes presiones del cambio climático, el agotamiento de los recursos y una mayor demanda de productos respetuosos con el medio ambiente por parte de los consumidores, los países y las empresas se ven obligados a reevaluar sus procesos de producción.

La producción sostenible no consiste únicamente en reducir la huella medioambiental de las actividades de fabricación. Es un enfoque holístico que equilibra la responsabilidad ecológica con el crecimiento económico, la viabilidad y la equidad social. Adoptar prácticas sostenibles permite a las empresas preparar sus operaciones para el futuro, garantizando la viabilidad a largo plazo en un mercado que valora cada vez más las prácticas éticas y ecológicas.

 

El papel de los sistemas de gestión de la energía (SGE) en la mejora de la sostenibilidad de la producción

En la búsqueda de una producción sostenible, los Sistemas de Gestión Energética (SGE) surgen como herramientas fundamentales. Estos sistemas representan una fusión de tecnología, prácticas y estrategias diseñadas para gestionar, controlar y conservar la energía en una instalación de fabricación o producción. La implantación de un SGE puede ser transformadora y dar lugar a mejoras significativas de la eficiencia energética, la reducción de costes y la protección del medio ambiente.

Los sistemas de gestión de la energía son la piedra angular de las empresas que quieren adoptar la sostenibilidad en sus propios sistemas de producción, productos y procesos. Al ofrecer datos y perspectivas en tiempo real sobre el consumo de energía, estos sistemas permiten a las empresas tomar decisiones informadas que se ajustan a los objetivos de sostenibilidad. Esto incluye identificar las áreas que consumen más energía, optimizar el uso de las máquinas y reducir el despilfarro. El efecto dominó de estos cambios es profundo y se traduce en ahorro de costes, reducción de las emisiones de carbono y mejora de la eficiencia operativa.

Además, los sistemas de gestión medioambiental se ajustan a las tendencias mundiales de sostenibilidad y a los requisitos normativos, lo que ayuda a las empresas a mantenerse a la vanguardia en un mercado competitivo y en constante evolución. Desempeñan un papel fundamental para que los países en desarrollo obtengan certificaciones como la ISO 50001, que consolida aún más el compromiso de una empresa con la eficiencia energética y la protección del medio ambiente.

hombre con tablet y sistema ems
El sistema de gestión de la energía (EMS) permite tener una visión completa del uso de la energía en la planta.

2. Entender la sostenibilidad de la producción

Definir la sostenibilidad de la producción

La sostenibilidad de la producción, en esencia, consiste en crear bienes y servicios utilizando procesos que no sean perjudiciales para el medio ambiente, económicamente viables y socialmente responsables. Se trata de un concepto polifacético que implica minimizar el impacto ecológico de la producción al tiempo que se garantiza que las operaciones son financieramente sólidas y socialmente equitativas. Esto implica la utilización eficiente de los recursos, la reducción de residuos, el reciclaje de materiales y la minimización de emisiones y contaminantes. El objetivo es crear un ciclo de vida de la producción que pueda mantenerse indefinidamente sin agotar los recursos naturales, contaminar ni dañar el ecosistema.

Ventajas de la sostenibilidad de la producción

Los beneficios de adoptar prácticas de producción sostenibles son múltiples. En primer lugar, el consumo sostenible conlleva una reducción significativa de los costes operativos a lo largo del tiempo. Los procesos de fabricación energéticamente eficientes y las estrategias de reducción de residuos disminuyen las facturas de servicios públicos y los costes de material. En segundo lugar, la producción sostenible mejora la imagen de marca y la reputación de una empresa. Los consumidores se sienten cada vez más atraídos por las marcas que demuestran responsabilidad medioambiental, lo que puede aumentar la fidelidad de los clientes y su cuota de mercado. En tercer lugar, garantiza el cumplimiento de la normativa medioambiental, evitando multas y problemas legales. Por último, las prácticas sostenibles pueden conducir a la innovación, ya que a menudo se exige a las empresas que se replanteen y rediseñen sus procesos de producción, lo que da lugar a métodos de fabricación más eficientes y eficaces.

Retos para lograr la sostenibilidad de la producción

A pesar de sus numerosas ventajas, lograr la sostenibilidad de la producción no está exento de dificultades. Uno de los principales obstáculos es el coste inicial y la inversión necesaria para la transición a prácticas más sostenibles. Reequipar las fábricas con equipos energéticamente eficientes o invertir en fuentes de energía renovables puede resultar costoso de entrada, aunque ofrezca ahorros a largo plazo. Otro reto es la falta de experiencia y conocimientos para implantar productos y prácticas más sostenibles. Esto incluye la comprensión de las complejidades de los materiales sostenibles, las tecnologías de eficiencia energética, la degradación medioambiental y las técnicas de minimización de residuos. Además, las empresas se enfrentan a menudo a la resistencia al cambio, ya sea por parte de las partes interesadas internas o de una cadena de suministro atrincherada en prácticas tradicionales. Superar estas barreras exige una visión clara, un liderazgo comprometido y la voluntad de invertir en el futuro.

3. Sistemas de gestión de la energía (SGE)

¿Qué es el SME?

Los Sistemas de Gestión Energética (SGE) son un componente fundamental en el panorama industrial moderno, diseñados para optimizar el uso de la energía y mejorar la sostenibilidad. Estos sistemas abarcan una serie de tecnologías y procesos destinados a supervisar, controlar y conservar la energía dentro de una instalación. En esencia, los sistemas de gestión energética se componen de hardware y software que recopilan datos de diversas fuentes de consumo energético, como maquinaria y sistemas de iluminación. Utilizan algoritmos sofisticados para analizar estos datos, proporcionando información sobre los patrones de uso de la energía e identificando áreas de mejora. La integración de EMS permite a las instalaciones pasar de un consumo energético pasivo a una gestión activa de la energía, lo que se traduce en mejoras significativas de la eficiencia y la sostenibilidad.

Los distintos tipos de SME

Los SME pueden clasificarse en varios tipos, cada uno de los cuales responde a distintas necesidades y escalas de operación:

  1. EMS industrial: Diseñados para entornos industriales a gran escala, estos sistemas son robustos y complejos, y ofrecen análisis detallados y control sobre extensas operaciones de fabricación.
  2. Edificio EMS: Se utilizan en edificios comerciales para gestionar la climatización, la iluminación y otros sistemas consumidores de energía, centrándose en el confort y la eficiencia.
  3. Inicio EMS: Adaptados al uso residencial, estos sistemas ayudan a los propietarios de viviendas a controlar y reducir su consumo de energía mediante interfaces fáciles de usar.
  4. Grid EMS: Estos sistemas, que operan a nivel macro, gestionan el flujo de energía dentro de las redes eléctricas, garantizando la estabilidad y la eficiencia en la distribución de energía.

     

icons ems beneficios
EMS permite analizar el consumo energético de toda la producción.

Ventajas de implantar un SGA

La implantación de un SGMA aporta numerosos beneficios, lo que lo convierte en una herramienta inestimable para la gestión sostenible y la sostenibilidad de la producción:

  1. Reducción del consumo de energía: EMS proporciona datos y análisis en tiempo real, lo que permite a las empresas identificar y rectificar el uso ineficiente de la energía.
  2. Ahorro de costes: Al optimizar el uso de la energía, las empresas pueden reducir significativamente sus facturas de servicios públicos, lo que se traduce en beneficios económicos a largo plazo.
  3. Mayor eficiencia operativa: El SGA ayuda a racionalizar las operaciones identificando las formas más eficientes desde el punto de vista energético de llevar a cabo los procesos de producción.
  4. Impacto medioambiental: La reducción del consumo de energía se traduce directamente en una disminución de las emisiones de carbono, en consonancia con los esfuerzos mundiales para combatir el cambio climático.
  5. Cumplimiento e informes: El SGA ayuda a cumplir las normas y reglamentos energéticos, como la ISO 50001, y simplifica el proceso de elaboración de informes con fines de cumplimiento.
  6. Decisiones basadas en datos: La información proporcionada por EMS permite tomar decisiones con conocimiento de causa, permitiendo a los directivos basar sus estrategias en datos precisos y oportunos.
  7. Mantenimiento predictivo: Al supervisar el rendimiento de los equipos, EMS puede predecir posibles fallos, lo que reduce el tiempo de inactividad y los costes de mantenimiento.
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Pantalla con sistema EMS
El sistema de supervisión de energía (EMS) permite controlar el uso de energía de cada línea de producción.

4. Implantación de un SGA para la sostenibilidad de la producción

Pasos para implantar un SGA

La implantación de un Sistema de Gestión Energética (SGE) es un proceso estratégico que requiere una cuidadosa planificación y ejecución. Los siguientes pasos describen el camino típico para implantar con éxito un SGE:

  1. Evaluación y planificación: El primer paso consiste en realizar una auditoría energética exhaustiva para evaluar los patrones actuales de consumo de energía e identificar las áreas susceptibles de mejora. Esta fase también incluye el establecimiento de objetivos claros y la definición del alcance de la implantación del SGA.
  2. Selección del sistema adecuado: Basándose en la evaluación, las empresas deben elegir el SGA que mejor se adapte a sus necesidades específicas. Esto implica tener en cuenta factores como el tamaño de la operación, el tipo de industria y los objetivos energéticos específicos.
  3. Instalación e integración: A continuación se instala el SME seleccionado y se integra en la infraestructura existente. Este paso puede requerir la adaptación de equipos antiguos o la introducción de nuevas tecnologías.
  4. Formación del personal: Un aspecto fundamental para el éxito de la implantación es garantizar que el personal reciba la formación adecuada para utilizar el SGA. La formación ayuda a los empleados a comprender la funcionalidad del sistema y cómo interpretar los datos que proporciona.
  5. Control y ajuste: Una vez que el SGA está operativo, la supervisión continua es esencial. Esto permite afinar el sistema para garantizar un rendimiento óptimo.
  6. Feedback y mejora continua: Por último, recabar la opinión del sistema y de los usuarios ayuda a introducir mejoras iterativas, garantizando que el SGA siga siendo eficaz y eficiente a lo largo del tiempo.
Maqueta de un sistema de control de la energía
Los distintos módulos EMS permiten alcanzar múltiples metas y realizar un seguimiento de los KPI de producción y energía.

Los retos de implantar un SGA

Aunque las ventajas de un SGMA son evidentes, el proceso de implantación puede plantear varios retos:

  1. Coste inicial elevado: La inversión inicial en un SGA puede ser considerable, ya que cubre los costes de hardware, software y formación.
  2. Complejidad técnica: La implantación de un SGA puede ser un reto técnico que requiere conocimientos y experiencia especializados.
  3. Integración con los sistemas existentes: Integrar un nuevo SGA en la infraestructura y los procesos existentes puede resultar complejo y llevar mucho tiempo.
  4. Resistencia organizativa: A menudo el cambio se topa con resistencia. Conseguir la participación de todos los niveles de la organización es crucial para el éxito de la implantación.
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Estrategias para superar los problemas de aplicación

Para superar estos retos, las empresas pueden adoptar las siguientes estrategias:

  1. Aplicación por fases: Implantar el SGA por fases puede ayudar a gestionar los costes y la complejidad técnica, permitiendo una integración y adopción graduales.
  2. Compromiso de los empleados: Implicar a los empleados en el proceso y proporcionarles una formación completa puede ayudar a mitigar la resistencia y garantizar una aplicación sin problemas.
  3. Asociaciones de expertos: Colaborar con proveedores o consultores experimentados puede aportar la experiencia y el apoyo necesarios, sobre todo en áreas en las que faltan conocimientos internos.
  4. Análisis coste-beneficio: Realizar un análisis exhaustivo de la relación coste-beneficio puede ayudar a justificar la inversión inicial al poner de relieve los ahorros y beneficios a largo plazo.
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5. Medición y seguimiento de los progresos

La importancia de medir y seguir los progresos

En el camino hacia la sostenibilidad de la producción, la implantación de un Sistema de Gestión Energética (SGE) es sólo el principio. El trabajo crítico de medir y seguir los progresos es lo que realmente impulsa la mejora continua y garantiza el éxito a largo plazo. Este proceso implica recopilar, analizar e interpretar datos para evaluar la eficacia de las iniciativas de sostenibilidad e identificar áreas de mejora. El seguimiento y la evaluación periódicos ayudan a las empresas a mantenerse alineadas con sus objetivos de sostenibilidad, adaptarse a las circunstancias cambiantes y tomar decisiones con conocimiento de causa.

Métricas clave para medir la sostenibilidad de la producción

Para medir el impacto de un SGA en el desarrollo sostenible y la sostenibilidad de la producción son cruciales varios parámetros clave:

  1. Consumo de energía: Esta métrica fundamental registra la energía total utilizada por una instalación, a menudo desglosada por departamentos, líneas de producción o máquinas individuales.
  2. Intensidad energética: Mide el consumo de energía en relación con la producción, es decir, la energía por unidad de producto fabricado, lo que permite mejorar la eficiencia.
  3. Huella de carbono: El seguimiento de las emisiones de carbono asociadas al consumo de energía es esencial para evaluar el impacto ambiental.
  4. Ahorro de costes: El seguimiento de las reducciones de los costes energéticos a lo largo del tiempo ayuda a cuantificar los beneficios financieros del SGA.
  5. Eficiencia operativa: Métricas como el tiempo de inactividad de las máquinas, los costes de mantenimiento y los índices de producción son importantes para evaluar las mejoras operativas generales.
  6. Cumplimiento de la normativa: Garantizar el cumplimiento de las normas y reglamentos energéticos es crucial, y el seguimiento de las métricas relacionadas con el cumplimiento es un aspecto clave de la supervisión del SGA.
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Herramientas y técnicas para medir y seguir los avances

Para medir y seguir eficazmente los progresos, las empresas pueden utilizar diversas herramientas y técnicas:

  1. Software de análisis de datos: Las soluciones informáticas avanzadas pueden analizar la ingente cantidad de datos generados por los sistemas de gestión electrónica, proporcionando información práctica e informes detallados.
  2. Cuadros de mando y herramientas de visualización: Estas herramientas ofrecen una interfaz fácil de usar para controlar los datos en tiempo real y las tendencias a largo plazo.
  3. Evaluación comparativa: La comparación de los resultados con las referencias del sector o los parámetros internos anteriores ayuda a evaluar los progresos.
  4. Auditorías y revisiones periódicas: La realización periódica de auditorías energéticas y revisiones del sistema garantiza que el SGA funciona de forma óptima y cumple los objetivos previstos.
  5. Comentarios de los empleados: La colaboración con el personal que interactúa a diario con el SME aporta valiosas ideas sobre mejoras y retos prácticos.

La medición y el seguimiento de los avances es un componente vital del éxito de la implantación de un SGMA. No sólo proporciona pruebas de los beneficios y el impacto ambiental del sistema, sino que también orienta la toma de decisiones estratégicas y los esfuerzos de mejora continua. Con las métricas y herramientas adecuadas, las empresas pueden supervisar eficazmente su camino hacia la sostenibilidad de la producción y alcanzar sus objetivos medioambientales y operativos.

EMS mockup salpicadero, protector de energía
Los cuadros de mando de EMS pueden ayudar a consultar diferentes conjuntos de datos. El módulo Power Guard ayuda a controlar y limitar el uso de la energía de acuerdo con el contrato energético firmado.

6. Casos prácticos

Ejemplos de empresas que han implantado con éxito el SGA para mejorar la sostenibilidad de la producción

Explorar ejemplos del mundo real ofrece valiosas perspectivas sobre la aplicación práctica y las ventajas de los Sistemas de Gestión Energética (SGE) para mejorar la sostenibilidad de la producción. Uno de estos ejemplos es el de un fabricante mundial de electrodomésticos con una compleja red de instalaciones de producción.

Estudio de caso: Fabricante de electrodomésticos

    • Resumen: Esta empresa opera en 9 fábricas, cada una equipada con un SGA que integra 75 armarios de comunicaciones y 752 dispositivos de medición. Estos sistemas supervisan en conjunto 290 contadores virtuales, procesando 8.500 valores cada minuto.

    • Implantación: La implantación del SGA de la empresa se centró en la supervisión de la energía en tiempo real, optimizando el consumo en los distintos departamentos y líneas de producción. Incluía funciones como Power Guards para notificaciones y alarmas, y herramientas de previsión del consumo energético.

    • Resultados: El SGA permitió a la empresa lograr una reducción de 8% en el uso de servicios públicos y una disminución de 10% en las facturas mensuales. También dio lugar a una reducción de 20% en la capacidad contractual y garantizó una devolución anual del impuesto especial de 60.000 euros. Entre las principales ventajas cabe destacar la mejora de la eficiencia durante los periodos de no producción, la detección de fallos y anomalías y el análisis detallado del consumo de energía.

Lecciones aprendidas de los estudios de casos

  • El éxito de este estudio de caso aporta varias lecciones clave:

    • La supervisión exhaustiva es crucial: La capacidad de controlar el consumo de energía en tiempo real a través de diversas métricas fue decisiva para identificar oportunidades de ahorro.

    • Personalización y flexibilidad: El SGA se adaptó a las necesidades específicas de las distintas áreas de producción, lo que demuestra la importancia de un planteamiento flexible y personalizable.

    • Compromiso de los empleados y formación: La formación y la participación del personal fueron cruciales para maximizar los beneficios del sistema y garantizar su buen funcionamiento.

    • Beneficios financieros a largo plazo: Las importantes reducciones de los costes energéticos y las facturas de los servicios públicos ponen de relieve los beneficios económicos a largo plazo de la implantación del SGA.

    • Impacto medioambiental: La reducción del consumo de energía contribuyó directamente a reducir las emisiones de carbono, lo que subraya los beneficios medioambientales de las prácticas sostenibles.

Estos estudios de casos prácticos no sólo muestran las ventajas tangibles de implantar un SGMA, sino que también ofrecen una visión práctica de las estrategias y enfoques que pueden conducir a resultados satisfactorios. Ilustran el profundo impacto que el SGMA puede tener en la sostenibilidad de la producción, tanto en términos medioambientales como económicos.

Estudio de caso: Contenedores de vidrio para la industria alimentaria

Resumen: Accevo Systems (antes ANT Solutions) instaló un sistema EMS para reducir costes y lograr una mayor sostenibilidad en un fabricante de envases de vidrio del sector alimentario.

Números: 

  • 28 Armarios de comunicación
  • 280 Dispositivos de medición conectados al sistema Accevo EMS
  • 110 Contadores virtuales
  • 4000 Valores almacenados en la base de datos cada minuto
Implantación:

Caso práctico EMS 1a
 
 
Resultados:
 

Caso práctico EMS 1

 

7. Conclusión

El futuro de la sostenibilidad de la producción

De cara al futuro, la importancia de la sostenibilidad de la producción en el panorama mundial de la fabricación sigue creciendo. Impulsadas por los avances tecnológicos, los estilos de vida sostenibles, la creciente concienciación medioambiental, las diversas actividades económicas y la evolución del panorama normativo, las empresas reconocen la necesidad imperiosa de adoptar prácticas sostenibles. Los sistemas de gestión de la energía (SGE) están a la vanguardia de esta transformación y ofrecen una vía para integrar la sostenibilidad en el núcleo de los procesos de producción.

Los continuos avances en la tecnología EMS, incluidas la IA y el aprendizaje automático, están destinados a mejorar aún más sus capacidades. Estos avances prometen un control más preciso de la energía, un mantenimiento predictivo e incluso una mayor eficiencia en la utilización de los recursos. Así pues, el papel de los SGA en la sostenibilidad de la producción no es solo actual, sino cada vez más fundamental en los años venideros.

El papel del SGA en la consecución de los objetivos de sostenibilidad de la producción

El camino hacia la sostenibilidad es un proceso continuo que requiere compromiso, innovación y las herramientas adecuadas. Los sistemas de gestión medioambiental han surgido como un elemento clave en este viaje, ya que ofrecen los medios para medir, analizar y optimizar el uso de la energía y los recursos en otros lugares. Proporcionan una forma tangible de que las empresas reduzcan su huella ambiental, mejoren aún más la eficiencia operativa de los recursos y consigan ahorros financieros.

Los casos prácticos y ejemplos que se exponen en este artículo demuestran el impacto y el potencial de los SGMA en el mundo real. Subrayan el hecho de que la sostenibilidad no sólo tiene que ver con la responsabilidad medioambiental, sino también con la excelencia operativa y la viabilidad económica. Al adoptar el SGA, las empresas pueden alinear sus cadenas de suministro y procesos de producción con objetivos de sostenibilidad más amplios, creando un modelo empresarial más resistente y preparado para el futuro.

En conclusión, mejorar la sostenibilidad de la producción no es sólo un imperativo medioambiental, sino una necesidad empresarial estratégica. Los sistemas de gestión de la energía desempeñan un papel fundamental en este empeño, ya que proporcionan las herramientas y los conocimientos necesarios para hacer realidad la producción sostenible. A medida que avancemos, la integración de los SGE en los procesos de producción será un factor determinante del éxito y la sostenibilidad de las empresas de todo el mundo.

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