ISO 50001 y Directiva 2023/1791 de la UE - Gestión de la energía en las instalaciones de fabricación

Datos clave

  • La Directiva 2023/1791 de la UE obliga a las plantas de fabricación con un elevado consumo energético a implantar un sistema certificado de gestión de la energía, la mayoría de las veces conforme a la norma ISO 50001.
  • El umbral de consumo de energía determina la obligación:
    • 85 TJ/año o más: En octubre de 2027 será obligatorio contar con un SGA certificado.
    • 10-85 TJ/año: Es obligatorio realizar una auditoría energética cada 4 años, o se puede implantar un SGA voluntario.
  • El sistema debe estar certificado por un organismo independiente; una solución informática propia sin auditoría no es suficiente.
  • La norma ISO 50001 garantiza la mejora continua de la eficiencia energética, lo que se traduce en una reducción de los costes energéticos y el cumplimiento de la normativa.
  • Los beneficios para las empresas incluyen: ahorro, ventaja competitiva, mejora de la imagen y cumplimiento de las normas ASG.
  • Los factores clave a la hora de elegir un sistema son: el cumplimiento de la norma ISO 50001, la posibilidad de certificación, el control del consumo y la integración con los procesos de producción.
  • Polonia debe adaptar su legislación nacional antes de octubre de 2025, por lo que las empresas deben empezar ya sus preparativos.


La Unión Europea ha modificado la Directiva de Eficiencia Energética (DEE) -Directiva (UE) 2023/1791 del Parlamento Europeo y del Consejo- introduciendo nuevos requisitos más estrictos para las empresas en materia de gestión energética. En el centro de estos cambios se encuentra el principio de "la eficiencia energética primero", cuyo objetivo es acelerar el ahorro de energía, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la seguridad energética en toda la UE. La nueva Directiva pretende reducir el consumo total de energía en la UE en un 11,7% en 2030 (en comparación con las previsiones para 2020), lo que es crucial para alcanzar los objetivos climáticos de la UE (entre ellos, reducir las emisiones de CO₂ en 55% para 2030 y lograr la neutralidad climática para 2050). Para cumplir estos ambiciosos objetivos, las grandes plantas industriales y otras organizaciones deben implantar sistemas certificados de Sistemas de gestión de la energía - más comúnmente conformes con la ISO 50001 que garantizará la mejora continua de la eficiencia energética y el cumplimiento de la nueva normativa.



¿Por qué es necesario un sistema de gestión energética?

La nueva normativa se introdujo porque las auditorías energéticas esporádicas resultaron insuficientes para lograr un ahorro energético duradero. Una auditoría energética tradicional (anteriormente obligatoria cada 4 años para las grandes empresas) proporciona un diagnóstico puntual del consumo de energía e identifica oportunidades de mejora, pero no garantiza un seguimiento continuo ni la optimización del uso de la energía. En cambio, un Sistema de Gestión de la Energía (SGE) basado en ISO 50001 establece un enfoque sistemático para la mejora continua de la eficiencia energética. Se basa en la Ciclo Planificar-Hacer-Verificar-Actuar (PDCA)En otras palabras, la aplicación de la norma ISO 50001 implica una gestión formal de la energía, el establecimiento de políticas y procedimientos energéticos adecuados y la puesta en marcha de un sistema de control del consumo energético, que permite identificar y eliminar constantemente el despilfarro de energía. En otras palabras, la aplicación de la norma ISO 50001 implica una gestión formal de la energía, el establecimiento de políticas y procedimientos energéticos adecuados y la puesta en marcha de un seguimiento del consumo de energía, lo que permite identificar y eliminar continuamente el despilfarro energético.

Una segunda razón clave es la aplicación del Política climática de la UE. La Directiva 2023/1791 hace hincapié en aumentar el ahorro energético y reforzar el papel de los sistemas de gestión de la energía en las empresas para acelerar la descarbonización de la economía y aumentar la eficiencia energética. Sin la introducción de sistemas obligatorios (o medidas equivalentes), los Estados miembros correrían el riesgo de no alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo. Un sistema de gestión energética ayuda a las empresas a contribuir a la reducción de las emisiones de GEI mediante una gestión consciente de la energía e inversiones en tecnologías de ahorro energético, lo que es importante desde la perspectiva de los compromisos climáticos. Además, el principio de la UE de "la eficiencia primero" significa que la eficiencia energética es prioritaria a la hora de configurar las políticas y las inversiones: exigir un SGE en las grandes plantas es una aplicación práctica de este principio.

La seguridad y los costes energéticos también son importantes. La mejora de la eficiencia reduce el consumo de combustibles y energía, lo que limita la dependencia de suministros inestables de materias primas y disminuye los costes de funcionamiento de las empresas. En un contexto de subida de los precios de la energía, la gestión sistemática del consumo energético permite a las empresas controlar mejor los gastos y evitar pérdidas. La implantación de un SGA es, por tanto, necesaria no sólo por exigencias legales, sino también por razones puramente empresariales: las empresas pueden obtener una ventaja competitiva gracias a la reducción de los costes energéticos y evitar sanciones económicas por incumplimiento de la nueva normativa. En resumen, el requisito de disponer de un SGA certificado se deriva tanto de los objetivos climáticos a largo plazo de la UE como de la necesidad práctica de garantizar un ahorro energético duradero y una mejora continua de la eficiencia en las empresas.



Ventajas de implantar el sistema ISO 50001

La implantación de un sistema de gestión energética certificado aporta numerosas ventajas empresariales, financieras y medioambientales. Entre las más importantes se incluyen:

  • Reducción del consumo de energía y de los costes de explotación: Gracias a la supervisión y optimización sistemáticas, una empresa puede utilizar la energía de forma más eficiente, lo que se traduce en un ahorro financiero real (facturas energéticas más bajas). Las empresas que informan con la ISO 50001 suelen registrar una disminución de la intensidad energética de sus procesos y, en consecuencia, un descenso de los costes de producción.
  • Mayor eficacia y rendimiento operativos: La implantación de un SGA estimula la búsqueda de mejoras tecnológicas y organizativas que aumenten la eficiencia energética. Por ejemplo, la identificación de "cuellos de botella" energéticos puede conducir a la modernización de la maquinaria, la recuperación del calor residual o la automatización de los controles, lo que a menudo aumenta la eficiencia global de la planta.
  • Cumplimiento de la normativa y evitación de sanciones: Un sistema certificado (por ejemplo, ISO 50001) garantiza el cumplimiento de los requisitos legales actuales y futuros relacionados con la eficiencia energética. Esto minimiza el riesgo de sanciones económicas por infringir la directiva o las leyes nacionales y prepara a la empresa para cualquier endurecimiento futuro de la política energética y climática.
  • Mejor imagen y ventaja comercial: Las acciones proactivas en favor del desarrollo sostenible refuerzan la credibilidad de la organización a ojos de clientes, inversores y socios comerciales. Un certificado ISO 50001 es la prueba del compromiso de la empresa con la protección del medio ambiente y la gestión racional de los recursos, lo que construye su imagen positiva como empresa responsable. Esto puede facilitar la obtención de contratos (especialmente en licitaciones públicas que incluyan criterios ESG) y atraer a inversores centrados en el desarrollo sostenible.
  • Mejora continua e innovación: Gracias a las revisiones cíclicas de la energía y al análisis de los indicadores, el SGA proporciona un mecanismo para la mejora continua del rendimiento energético. La empresa establece objetivos energéticos mensurables y supervisa los progresos (los llamados EnPI - Energy Performance Indicators - Indicadores de Rendimiento Energético), lo que motiva una búsqueda constante de mejoras. La detección precoz de desviaciones (por ejemplo, un aumento repentino del consumo) permite reaccionar con rapidez. Esto, a su vez, fomenta la innovación en procesos y tecnología que no sólo ahorran energía, sino que a menudo mejoran la calidad y la productividad generales.
  • Reducción de emisiones y cumplimiento de los objetivos climáticos: Un menor consumo de energía (especialmente de combustibles fósiles) implica una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, una menor huella de carbono de la empresa. Implantar la norma ISO 50001 ayuda a hacer realidad las políticas climáticas internas de la empresa y se alinea con los esfuerzos mundiales para limitar el calentamiento global. También puede reducir los costes relacionados con el sistema de comercio de derechos de emisión o las tasas de emisión.

Un sistema de gestión energética bien implantado es beneficioso no sólo desde el punto de vista del cumplimiento de los requisitos legales, sino que también aporta ventajas económicas y medioambientales tangibles a la planta. Las empresas que implantan pronto la norma ISO 50001 obtienen una ventaja como líderes en eficiencia: consiguen ahorros inmediatos, crean una marca de empresa "verde" y se preparan para los requisitos más estrictos del futuro.



¿Cumplen todos los SME los requisitos de la Directiva?

La Directiva 2023/1791 establece claramente que el sistema de gestión energética exigido debe corresponder a normas reconocidas y ser certificado por un organismo independiente. Por lo tanto, no basta con disponer de cualquier sistema de control de la energía desarrollado internamente: el sistema debe cumplir las normas europeas o internacionales pertinentes y disponer de un certificado que confirme este cumplimiento. En la práctica, esto significa la necesidad de implantar un sistema que cumpla la EN ISO 50001 (Sistemas de gestión de la energía) o una norma equivalente y, a continuación, obtener una certificación independiente. Sólo un certificado de un organismo acreditado (por ejemplo, para ISO 50001 o posiblemente EMAS) será reconocido como cumplimiento de la obligación impuesta por la directiva.

La directiva también permite vías alternativas de cumplimiento en algunos casos. En algunos países de la UE, la Sistema de gestión medioambiental EMAS (EMAS es un sistema de gestión medioambiental de la UE que incluye, entre otras cosas, la eficiencia energética). Además, las empresas que ya dispongan de un sistema de gestión medioambiental certificado (ISO 14001 o EMAS) puede estar exento de una auditoría separada o un SGMA separado, siempre que se lleve a cabo una auditoría energética que cumpla los criterios de la directiva dentro de ese sistema medioambiental. En otras palabras, si una empresa ha implantado, por ejemplo, la norma ISO 14001 ampliada para incluir la gestión de la energía (o EMAS), y lleva a cabo las auditorías energéticas requeridas, puede considerarse que cumple los requisitos; sin embargo, el propio sistema medioambiental también debe estar certificado por un organismo independiente.

Conviene subrayar que la certificación ISO 50001/EMAS no es absolutamente necesaria para todas las empresas, sino sólo para las que superan determinados umbrales de consumo (más información al respecto más adelante). Para las empresas con un consumo medio anual de energía de >10 TJ, la directiva ofrece la alternativa de realizar auditorías energéticas periódicas en lugar de implantar un sistema completo (si no quieren o no necesitan obtener un certificado). Sin embargo, en la categoría de mayor consumo (>85 TJ), un SME certificado es obligatorio - una auditoría por sí sola no basta. En resumen, para que se considere que un SGA cumple los requisitos de la directiva, debe tener un certificado ISO 50001 (o equivalente). La aplicación de soluciones aleatorias o parciales (por ejemplo, solo la supervisión de la energía sin un sistema de gestión más amplio) no se considerará conforme con la normativa a menos que haya sido certificada según una norma reconocida.



Requisitos para un sistema de gestión de la energía conforme a la norma ISO 50001

Para que un Sistema de Gestión Energética (SGE) cumpla los requisitos de la directiva y la norma ISO 50001, debe incluir elementos y funcionalidades específicos. El sitio ISO 50001:2018 define en detalle los requisitos para la planificación y la gestión operativa de la energía en una organización. Las características clave de un sistema de este tipo incluyen:

  • Política energética y compromiso de la dirección: La alta dirección de la empresa debe establecer una política energética formal, comprometiéndose a mejorar la eficiencia energética. La dirección debe apoyar la implantación del SGA proporcionando recursos e incluyendo los objetivos energéticos en la estrategia de la empresa.
  • Revisión y planificación energética: La organización debe llevar a cabo una revisión energética - un análisis de sus procesos en términos de consumo de energía, la identificación de las principales áreas de uso de la energía (los llamados SEU - Significant Energy Uses), y los factores que influyen en este consumo. Sobre esta base, se establece una línea de base energética, así como Indicadores de Rendimiento Energético (EnPI) para supervisar el progreso. A continuación, la empresa fija objetivos y metas de ahorro energético, junto con planes de acción para alcanzarlos.
  • Documentación, procedimientos y control operativo: La aplicación de la norma ISO 50001 implica desarrollar procedimientos e instrucciones adecuados que regulen las actividades que afectan al consumo de energía. El sistema incluye, entre otras cosas, procedimientos de funcionamiento y mantenimiento de los equipos para garantizar que funcionan de forma eficiente desde el punto de vista energético, así como directrices para los empleados (formación en ahorro de energía, concienciación energética). Un elemento importante es la integración de la gestión energética en las operaciones diarias: por ejemplo, tener en cuenta la eficiencia energética en la planificación de la producción, la programación del trabajo de las máquinas o el control de la calefacción y la iluminación.
  • Seguimiento, medición y análisis: El control continuo del consumo de energía es el núcleo del sistema ISO 50001. La norma exige el establecimiento de prácticas para medir y recopilar datos sobre el consumo de energía de los equipos, sistemas y procesos clave. Estos datos deben analizarse periódicamente para evaluar la eficiencia energética e identificar desviaciones o pérdidas. El sistema debe permitir el análisis continuo de los datos, por ejemplo, a través de una infraestructura de submedición conectada a un sistema de supervisión. Esto permite a la empresa detectar anomalías en tiempo real (por ejemplo, un consumo que se desvía de la norma, una caída del factor de potencia, etc.) y tomar medidas correctoras. La supervisión también incluye el seguimiento de la consecución de los EnPI establecidos y la verificación de la aplicación del plan de mejora.
  • Diseño y contratación teniendo en cuenta la energía: La norma ISO 50001 establece requisitos para que la organización tenga en cuenta la eficiencia energética al diseñar nuevas instalaciones, procesos o equipos, y al adquirir equipos que afecten al consumo de energía. Esto significa, por ejemplo, elegir máquinas con una clase de eficiencia superior, invertir en tecnologías de ahorro energético o diseñar procesos para minimizar las pérdidas de energía (por ejemplo, recuperación de calor). Este elemento garantiza que la gestión energética se integre en las decisiones de inversión de la empresa.
  • Auditoría interna y revisión de la gestión: Como cualquier sistema de gestión ISO, un SGMA requiere auditorías internas periódicas para evaluar la eficacia del sistema y su conformidad con los requisitos de la norma. La dirección debe llevar a cabo revisiones periódicas de la gestión energética, durante las cuales evalúe los resultados (ahorros conseguidos, EnPI), la eficacia de las medidas adoptadas y decida sobre posibles correcciones de los objetivos o la política. Este mecanismo garantiza la mejora continua: la organización corrige su rumbo basándose en la experiencia y en las condiciones cambiantes.


Todos los elementos anteriores constituyen el enfoque global que exige la norma ISO 50001. El sistema debe abarcar todas las áreas significativas de consumo energético de la empresa y los factores que influyen en ellas, así como implicar al personal que tiene un impacto en el rendimiento energético (desde el personal técnico hasta los operarios de las máquinas). Es importante que la norma esté diseñada para ser aplicable por cualquier organización por sí sola, pero puede integrarse con otros sistemas de gestión (por ejemplo, como parte de un sistema ISO integrado con calidad o medio ambiente). No obstante, una condición necesaria es que todo el sistema esté certificado por un organismo de certificación acreditado, que confirme formalmente el cumplimiento de los requisitos de la norma ISO 50001 y, por tanto, de los requisitos de la directiva.



¿Quién está obligado a implantar un SGA?

La Directiva 2023/1791 define con precisión las categorías de empresas que deben tomar medidas en materia de gestión sistemática de la energía o de auditorías. A diferencia de la normativa anterior, la nueva directiva no define las obligaciones en función del tamaño de la empresa (número de empleados o volumen de negocios), sino de la nivel de consumo de energía por la empresa. Gracias a ello, las obligaciones abarcan ahora también a algunas empresas medianas con alta intensidad energética, que antes estaban exentas de tales requisitos. A continuación se resumen los criterios:

  • Grandes consumidores de energía: más de 85 TJ anuales: Todas las empresas (incluidas las plantas de fabricación) con un consumo medio anual de energía en los últimos 3 años superior a 1.000 millones de euros. 85 TJ (aprox. 23,6 GWh) deben implantar un sistema certificado de gestión de la energía de acuerdo con ISO 50001 (o posiblemente EMAS, si el país en cuestión lo permite). El plazo para lograr la conformidad es de 4 años a partir de la entrada en vigor de la directiva, es decir, antes del 11 de octubre de 2027la empresa debe disponer de un certificado SGA. En la práctica, esto se aplica a las plantas industriales más grandes, por ejemplo, acerías, refinerías, plantas químicas, grandes industrias pesadas, pero también a plantas muy intensivas en energía de otros sectores (por ejemplo, grandes cementeras, papeleras, etc.).
  • Medianos consumidores de energía - de 10 TJ a 85 TJ anuales: Las empresas que consumen más de 10 TJpero no más de 85 TJ de energía al año (media de 3 años) también están cubiertas por los nuevos requisitos. Estas empresas deben realizar un auditoría energética cada 4 años, a menos que decidan implantar voluntariamente un sistema ISO 50001 certificado, que en su caso puede ser una vía alternativa al cumplimiento. La primera auditoría debe ser realizada por 11 de octubre de 2026y las siguientes al menos cada cuatro años. Después de cada auditoría, la empresa debe elaborar un plan de acción concreto para aplicar las recomendaciones de la auditoría y publicar información sobre la aplicación de estas recomendaciones en su informe anual. La obligación de auditoría en esta categoría se aplica ahora también a algunas PYME -por ejemplo, plantas industriales más pequeñas o grandes empresas de servicios- siempre que superen el umbral de consumo de 10 TJ. Se trata de un cambio significativo, ya que anteriormente el sector de las PYME estaba exento de las auditorías obligatorias.
  • Otros (menos de 10 TJ anuales): Por lo general, las empresas con un consumo energético inferior (<10 TJ anuales) no tienen obligación absoluta de implantar un SGA o realizar auditorías en virtud de la directiva. Esto incluye a la mayoría de las pequeñas empresas. Sin embargo, la directiva anima a los Estados miembros a crear programas de apoyo e incentivos para que incluso las PYME con menor consumo realicen voluntariamente auditorías o implanten sistemas de mejora de la eficiencia. Algunos países pueden introducir sus propios requisitos para sectores sensibles u ofrecer cofinanciación para tales actividades con el fin de elevar el nivel general de eficiencia energética en la economía.


En el contexto de las industrias, la directiva no asigna umbrales de consumo diferentes para sectores industriales concretos: el criterio es la cantidad de energía consumida, independientemente del tipo de actividad. Sin embargo, existen requisitos especiales para determinadas instalaciones y sectores más allá del propio sistema ISO 50001: por ejemplo, centros de datos con una demanda de potencia informática de ≥ 500 kW tienen nuevas obligaciones en materia de seguimiento e información sobre eficiencia energética (por ejemplo, indicadores del tipo PUE) y acciones para el desarrollo sostenible de estas instalaciones. Además, la sector público se han fijado objetivos distintos: las instituciones administrativas deben aplicar medidas de eficiencia para alcanzar al menos un 1,9% de reducción anual del consumo de energía en edificios públicos e infraestructuras.

En general, sin embargo, para las plantas de fabricación, el factor clave que determina la obligación es su nivel de consumo energético. Por ejemplo, las grandes fábricas y plantas industriales de Polonia suelen superar el umbral de 10 TJ, y las más grandes, 85 TJ anuales, por lo que tendrán que implantar la norma ISO 50001 o, al menos, realizar auditorías energéticas. Las empresas que entren en el ámbito de aplicación de la directiva deben tomar medidas preparatorias lo antes posible, porque el plazo de adaptación (transposición de la directiva a la legislación nacional antes de 2025 y primeros requisitos a partir de 2026/2027) es relativamente corto.



¿Qué hay que tener en cuenta al elegir un sistema de gestión energética?

Elegir e implantar un sistema de gestión de la energía que cumpla la norma ISO 50001 es una decisión estratégica para una empresa. Deben tenerse en cuenta varios factores para garantizar que el sistema cumpla eficazmente sus tareas y se adapte a las especificidades de la empresa:

  1. Cumplimiento de las normas y posibilidad de certificación: El criterio básico es que el sistema elegido (ya sea construido internamente o con ayuda de herramientas externas) debe permitir el cumplimiento de la norma ISO 50001 y la obtención de un certificado. En la práctica, muchas empresas recurren a los servicios de consultores o programas informáticos de apoyo a la implantación del SGA, pero en última instancia el sistema debe superar una auditoría de certificación. Merece la pena asegurarse de que los proveedores de soluciones tienen experiencia con la norma ISO 50001 y de que las herramientas propuestas (por ejemplo, plataformas de supervisión de la energía) cumplen los requisitos de la norma (por ejemplo, permiten definir objetivos, medir los EnPI e informar de los resultados).
  2. Integración con los sistemas y procesos existentes: Si la empresa ya dispone de otros sistemas de gestión (por ejemplo, ISO 9001 para la calidad, ISO 14001 para el medio ambiente), merece la pena considerar la posibilidad de integrar el sistema energético en las estructuras de gestión actuales. Esto ayudará a evitar la duplicación de procedimientos y documentación; por ejemplo, se pueden combinar las auditorías internas o las revisiones de la gestión de varios sistemas. A veces, las empresas deciden ampliar un sistema medioambiental existente con un módulo energético o implantar el EMAS, que abarca un ámbito de gestión más amplio (incluida la energía). También es crucial integrar el SGMA en las operaciones actuales, de modo que la gestión energética no funcione de forma aislada, sino que forme parte de la cultura organizativa y las tareas diarias (por ejemplo, mediante procedimientos de funcionamiento de las máquinas, normas para los operarios, etc.).
  3. Funcionalidad de supervisión e infraestructura de medición: La gestión eficaz de la energía se basa en los datos, por lo que a la hora de elegir una solución hay que tener en cuenta la infraestructura de medición existente (o prevista). Es necesario comprobar si en la planta hay instalados contadores y subcontadores de energía en departamentos individuales, líneas tecnológicas o en dispositivos; si no es así, la implantación de un SGE puede requerir una inversión en equipos de medición. Es importante que el software de gestión energética elegido sea compatible con diversos dispositivos y sistemas de medición (el llamado principio de neutralidad del hardware). Gracias a ello, el sistema podrá recoger automáticamente los datos de los contadores (por ejemplo, mediante la integración con el sistema BMS/SCADA de la fábrica) y presentarlos en un formato útil para el análisis. A la hora de elegir un sistema, conviene prestar atención a si permite el análisis de datos en tiempo real, la generación de alarmas (por ejemplo, excesos de potencia, desviaciones de consumo) y si ofrece herramientas de previsión y modelización del consumo. Estas funciones son muy útiles para reaccionar ante las ineficiencias de forma permanente y lograr mejoras continuas.
  4. Escalabilidad y adaptación a las necesidades de la planta: El sistema de gestión energética debe adaptarse al tamaño y la naturaleza de la actividad de la empresa. El SGA de una única fábrica tendrá un aspecto diferente del de un grupo de capital con muchas sucursales. Es necesario asegurarse de que el alcance del sistema cubre todas las áreas de actividad que consumen una cantidad significativa de energía: la directiva exige que el sistema cubra toda la empresa (todas las unidades jurídicas) si el consumo total calculado supera los umbrales. Esto significa que en una estructura con varias filiales, el consumo de energía se suma - por lo que el sistema debe cubrir todo el grupo, no sólo las instalaciones seleccionadas. También es necesario considerar si es más rentable implantar un sistema coherente para toda la organización o sistemas separados en plantas individuales (lo que, sin embargo, puede complicar la certificación). El sistema debe ser lo suficientemente flexible como para ampliarse a medida que la empresa crece o para profundizar en su funcionalidad (por ejemplo, añadiendo otros medios: gestión del calor, aire comprimido, combustibles, etc.).
  5. Apoyo de expertos y formación del personal: La tecnología por sí sola no basta: el éxito del sistema lo determinan las personas. Conviene asegurarse de que durante la implantación se recurre a los conocimientos de expertos adecuados (por ejemplo, consultores energéticos o personal de ingeniería experimentado) y de que se planifica la formación del personal a todos los niveles. Nombrar a un gestor energético o a un equipo energético, formado, por ejemplo, según un programa europeo (cualificaciones de un auditor/gestor energético), es una buena práctica. A la hora de elegir un sistema (y posiblemente un proveedor de software), prestemos atención a si se ofrecen módulos de formación, documentación, apoyo en el análisis de datos y si la interfaz de la herramienta es fácil de usar. La implicación de los empleados de los departamentos operativos, de mantenimiento e incluso de producción es crucial: el sistema debe proporcionarles información útil y ser aceptable en el uso diario, de lo contrario se quedará sólo "en papel".
  6. Costes de implantación y mantenimiento: Debe evaluarse el presupuesto de que dispone la empresa para la implantación y posterior mantenimiento del SGA. Los costes incluyen, entre otros, la compra o desarrollo de software, la instalación de contadores y sensores adicionales, las tasas de certificación externa, la formación del personal y posibles consultorías. Es importante considerar estos gastos como una inversión con un retorno rápido: muchas empresas recuperan los costes de la implantación de la norma ISO 50001 en forma de ahorro de energía en pocos años o incluso antes. No obstante, antes de elegir una solución concreta, merece la pena preparar un análisis de costes y beneficios. Por ejemplo, una solución SaaS en la nube puede tener costes diferentes (suscripción) que un sistema interno en la infraestructura de la empresa, pero también capacidades diferentes. También es bueno planificar la certificación con antelación: debido a la gran demanda de auditores ISO 50001 antes de la fecha límite de 2027, merece la pena reservar las fechas de las auditorías con antelación para evitar retrasos o sanciones por no cumplir los plazos.


Por último, cabe destacar que la elección de un sistema de gestión energética no es una acción puntual, sino el inicio de un proceso de mejora continua. La clave está en construir una cultura organizativa en la que la eficiencia energética sea una prioridad al mismo nivel que otros objetivos empresariales. Con un sistema ISO 50001 bien elegido e implantado, una empresa no sólo cumplirá las obligaciones que le impone la directiva, sino que las utilizará como una oportunidad para reducir costes de forma permanente y aumentar su competitividad en el mercado. Como resultado, la implantación de un SGA se convertirá en un elemento de la estrategia de desarrollo sostenible de la empresa, aportando beneficios económicos y medioambientales tangibles en los años venideros.

  • Directiva (UE) 2023/1791 sobre eficiencia energética (DEE) - texto y requisitos (pfzs.org, przeglad-techniczny.pl).
  • BSI Polonia - Nueva Directiva de la UE - Eficiencia energética EED - Lo que necesita saber (resumen de requisitos) (bsigroup.com).
  • Przegląd Techniczny - Eficiencia energética tras la modificación de la Directiva DEE 2023/1791 (debate sobre cambios y obligaciones) (przeglad-techniczny.pl).
  • DNV - Directiva 2023/1791 de la UE sobre eficiencia energética e ISO 50001 (el papel de ISO 50001 en el cumplimiento de la directiva) (dnv.com).
  • SoftExpert - ¿Está preparada su empresa para la Directiva 2023/1791 de la UE sobre eficiencia energética? (requisitos, plazos, medidas recomendadas) (blog.softexpert.com).
  • PCBC - Sistema de gestión de la energía ISO 50001 (requisitos de la norma y ventajas de su aplicación) (pcbc.gov.pl).
  • Stratlane - Certificación ISO 50001 o EMAS obligatoria (interpretación de los requisitos de la directiva y consejos para las empresas) (stratlane.com).
  • Spacewell - 4 puntos clave antes de implantar un sistema de gestión energética (aspectos técnicos de la implantación de un SGE) (spacewell.com).

Suscríbase a nuestro boletín para obtener más información

¿Qué busca?

¡Compruebe nuestro AI Helper!
Pulse el botón ➞

Hola, parece que te interesa el software para producción...

Suscríbase a un boletín y reciba un catálogo para compartir con sus compañeros de trabajo

Al facilitar su dirección de correo electrónico y hacer clic en el botón "Descargar un catálogo", acepta recibir nuestro boletín.